…Qué ingrata la vida que nos detiene entre palabras entre paredes, sin darnos tiempo a la exclusión, a la extraña confusión que en el pasado nos amarraba como la soga de un ahorcado, como la copa de un borracho, como el comienzo de un tifón.
Ahora me buscas olvidando que las heridas ya han sanado, que el dolor que has causado no da paso al rencor y vuelves poniendo música en mi mente cogiendo otra vez mi mano intentando ser mejor. ¿Ser mejor?
He aprendido a quererte, a mirarte por dos frentes, a conocer tu dolor, tu angustia, tu desamor, tu locura contenida de verme en ti confundida sin saber que fui tu amiga, sabiendo que fui pasión…
(Fragmento)
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